23 de noviembre de 2010
16 de noviembre de 2010
3 de noviembre de 2010
El saco de pulgas
En cierta ocasión, el brujo y el mago coincidieron en un bosque, y entre charlas y bromas, se hizo tan tarde que tuvieron que acampar allí mismo.
Mientras dormían, el mago Chuchín estornudó tan fuerte y mágicamente, que miles de ardientes chispitas escaparon de su nariz, con tan mala fortuna que una de ellas llegó a incendiar las hojas sobre las que brujo y mago habían dejado sus pulgas. Como los hechiceros seguían dormidos y el fuego se iba extendiendo, las pulgas comenzaron a ponerse nerviosas. Todas eras tremendamente listas y fuertes, así que cada una encontró una forma de escapar del fuego, y saltaba con fuerza para conseguirlo. Sin embargo, como saltaban en direcciones distintas, los sacos seguían en su sitio y el fuego amenazaba con acabar con todas ellas.
Entonces, una de las pulgas del mago vio a todas las pulgas del brujo saltando en su saco sin ningún control, y se dio cuenta de que nunca se salvarían así. Y dejando de saltar, reunió a un grupito de pulgas y las convenció para saltar todas juntas. Como no conseguían ponerse de acuerdo hacia dónde saltar, la pulga les propuso saltar una vez adelante y otra atrás.
Autor.. Pedro Pablo Sacristan
El gigante comenubes
Una noche, al verle llorar, varias estrellas se acercaron a preguntarle la razón de su tristeza. Al escuchar su historia, comentaron:
- Pobre gigante. No sabe buscar amigos. Pues la Tierra es el planeta más especial que existe, y está lleno de amigos de todas las clases.
- Pero, ¿dónde se pueden buscar amigos? ¿cómo se hace eso? - replicó el gigante.
- Echándoles una mano o haciendo cualquier cosa por ellos. Eso es lo que hacen los amigos, ¿es que no lo sabes? - repondieron divertidas
- Vaya- suspiró Sopo- pues no se me ocurre nada. ¿Vosotras qué hicisteis para conseguir amigos?
- Aprendimos a mostrar el camino en la noche y servimos de guía a muchos navegantes. Son unos amigos estupendos, que nos cuentan historias y nos hacen compañía cada noche.
Así., el gigante y las estrellas siguieron charlando un rato, y durante los días siguientes Sopo no pensó en otra cosa que no fuera en encontrar una forma de buscar amigos. Pero no veía el modo de conseguirlo. Algunos días después, fue a pedirle ayuda a la Luna. Ésta, vieja y sabia, le respondió:
- No sabrás cómo hacer algo por alguien hasta que le conozcas bien. ¿Qué sabes de esos que quieres que sean tus amigos?
Sopo se quedó pensativo, porque realmente apenas sabía nada de los hombres. Eran tan pequeños que nunca se había preocupado.
Entonces se propuso averiguarlo todo, y dedicó largos días a observar las diminutas vidas de la gente. Y así fue como descubrió por qué todos huían al verle, y se enteró de las sequías que provocaba con sus comilonas de nubes, y de las inundaciones que provocaban sus llantos, y de mil cosas más que le llenaron de pena y alegría.
Aquella noche, el gigante corrió a saludar a las estrellas.
- Ya sé cómo buscaré amigos.... ¡¡comiendo y llorando!!
Y así fue. Desde aquel día, Sopo vigilaba los cielos, y allí donde se preparaban enormes tormentas, se deba un buen atracón de nubes; y luego marchaba a llorar un rato allá donde veía que faltaba el agua. En muy poco tiempo, Sopo pasó de ser lo peor que le podia ocurrirle a un país, a convertirse en una bendición para todo el mundo, y ya nunca faltó un buen amigo que quisiera dedicarle un ratito, escucharle o hacerle un favor.
Tini y Dan
Era un día hermoso, con el sol muy brillante y Tini decidió salir a jugar, su mamá le había dicho que tuviera cuidado porque aun era pequeño y en el mar había muchos peligros.
Tini se encontraba jugando solo con las olas del mar que lo llevaban y traían, cuando de pronto sale Dan, un pez grande peleonero, y al verlo solito decidió ir a molestarlo, pero mira que pez tan más tonto dijo Dan, pobre esta aquí solito jugando porque no tiene amigos ¡ja ja ja!, rio de sarcasmo.
Tini no hizo caso y decidió irse de ahí a su casa pero, Dan lo siguió durante todo el camino y lo iba moleste y moleste.
Nadie quería a Dan en el mar porque era muy grosero y solo le gustaba pelear y sentirse el mas fuerte pero, un día el destino le hizo pagar todas las maldades que les hacia a los demás pececitos del mar, en una vieja red que los pescadores ponen para atrapar peces Dan quedó atrapado y por más esfuerzo que hizo no logró liberarse, ahí paso mucho tiempo y nadie lo fue a rescatar, pensó que moriría.
Por casualidad iba pasando Tini cantando y jugando felizmente, cuando al escuchar los gritos voltea y ve un pez atrapado, muy afligido Dan le pide de favor que lo ayude, que esta atrapado y no puede liberarse.
Olvidándose de todo lo que Dan le había hecho antes, de los insultos y demás cosas, Tini decide ayudarlo para salir de la red, así que muy astutamente empieza a morder con sus filosos dientes la red y después de un buen rato por fin Dan logró salir, sin esperar nada Tini decide seguir su camino, cuando de pronto escucha, espera no te vayas, quiero agradecerte por haberme salvado estoy en deuda contigo dijo Dan, no hay nada que agradecer cualquiera hubiera hecho lo mismo comentó Tini.
Sabes yo he sido muy malo con todos los peces de esta zona y por eso no tengo amigos pero, a partir de hoy ya no los molestaré y mejor jugaré con todos ustedes, hoy aprendí la lección de que nunca sabemos cuando necesitaremos de alguien que nos pueda ayudar y en lugar de tener enemigos es mejor tener amigos.
Y desde esa ocasión Dan no volvió a molestar a ningún pez, por el contrario ahora eran amigos y todos se ayudaban para ser felices.
Autor: JaCS.
La fiesta del bosque
Un Conejo en la Luna.... (Leyenda Maya)
2 de noviembre de 2010
1 de noviembre de 2010
LEYENDA DEL HOMBRE QUE NO CREÍA EN EL DIA DE MUERTOS
Antonio y su nuevo amigo
Autor: Jaime Castro Sánchez