Era un día hermoso, con el sol muy brillante y Tini decidió salir a jugar, su mamá le había dicho que tuviera cuidado porque aun era pequeño y en el mar había muchos peligros.
Tini se encontraba jugando solo con las olas del mar que lo llevaban y traían, cuando de pronto sale Dan, un pez grande peleonero, y al verlo solito decidió ir a molestarlo, pero mira que pez tan más tonto dijo Dan, pobre esta aquí solito jugando porque no tiene amigos ¡ja ja ja!, rio de sarcasmo.
Tini no hizo caso y decidió irse de ahí a su casa pero, Dan lo siguió durante todo el camino y lo iba moleste y moleste.
Nadie quería a Dan en el mar porque era muy grosero y solo le gustaba pelear y sentirse el mas fuerte pero, un día el destino le hizo pagar todas las maldades que les hacia a los demás pececitos del mar, en una vieja red que los pescadores ponen para atrapar peces Dan quedó atrapado y por más esfuerzo que hizo no logró liberarse, ahí paso mucho tiempo y nadie lo fue a rescatar, pensó que moriría.
Por casualidad iba pasando Tini cantando y jugando felizmente, cuando al escuchar los gritos voltea y ve un pez atrapado, muy afligido Dan le pide de favor que lo ayude, que esta atrapado y no puede liberarse.
Olvidándose de todo lo que Dan le había hecho antes, de los insultos y demás cosas, Tini decide ayudarlo para salir de la red, así que muy astutamente empieza a morder con sus filosos dientes la red y después de un buen rato por fin Dan logró salir, sin esperar nada Tini decide seguir su camino, cuando de pronto escucha, espera no te vayas, quiero agradecerte por haberme salvado estoy en deuda contigo dijo Dan, no hay nada que agradecer cualquiera hubiera hecho lo mismo comentó Tini.
Sabes yo he sido muy malo con todos los peces de esta zona y por eso no tengo amigos pero, a partir de hoy ya no los molestaré y mejor jugaré con todos ustedes, hoy aprendí la lección de que nunca sabemos cuando necesitaremos de alguien que nos pueda ayudar y en lugar de tener enemigos es mejor tener amigos.
Y desde esa ocasión Dan no volvió a molestar a ningún pez, por el contrario ahora eran amigos y todos se ayudaban para ser felices.
Autor: JaCS.
1 comentario:
la lectura estuvo muy bonita por que
te ayuda a comprender de que no es bueno ser grosero sino ayudar a los demás.
Ivette Montserrat Avila Medina
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